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domingo, 30 de octubre de 2011

El truco del miedo

Más allá de Halloween


El 'truco' del miedo





Según dice la Wikipedia, la palabra “Halloween” deriva de la expresión inglesa “All Hallows Eve” (Víspera de Todos los Santos).

Hace unos años, trabajando de redactora para una revista de ámbito comarcal, me encomendaron la misión de elaborar un artículo que indagara en los orígenes de esta antigua celebración y despejara confusiones con otras tradiciones más “nuestras”: la noche de las ánimas, el día de Difuntos, el día de Todos los Santos, etc.



Ahora, teniendo muchísima más información gracias a Internet, he podido ir más allá de Halloween y de todas las tradiciones religiosas actuales. He viajado hasta la noche de los tiempos y he encontrado un nexo común a todas estas festividades paganas o no. Ese punto de encuentro es la firme creencia de que, llega siempre un momento, antes del invierno, en el que la luz y la oscuridad se “saludan”, se miran de frente.  En ese instante, se abre el velo y el mundo de los vivos y el mundo de los muertos comparten escenario. Se trata de esa hora mágica, esa hora “bruja” (la palabra "bruja", "witch" en inglés, deriva del antiguo término sajón "wicca” o "sabio”) para la que deberás estar preparado porque la carroza se convierte en calabaza y los corceles en ratones.


Estoy segura de que en ciertas culturas ancestrales, este momento se vivía con naturalidad…hasta que llegaron otros tiempos en la historia de la humanidad y se añadió un ingrediente nuevo: el miedo. Cualquier estamento poderoso que se precie, sea de origen religioso, político o económico, conoce bien la infalible regla del “divide y vencerás”: y así es como surgen los buenos y los malos, con la varita mágica del miedo.


En nuestra información genética el miedo es omnipresente: tenemos miedo a la muerte, miedo a los muertos, miedo a morirnos, miedo a ser castigados a permanecer en el infierno, miedo a quedarnos entre el cielo y el infierno, miedo a que no haya nada después de la muerte, miedo a que haya algo…miedo de los otros, miedo de los malos y miedo de nosotros mismos y miedo de sentir miedo.

El miedo es la mejor herramienta inventada para evitar que integremos las dos polaridades en nosotros, porque si lo hacemos, veremos que los demás no son tan malos ni nosotros somos tan buenos, porque comprendemos la sombra del otro cuando integramos la nuestra y entonces no hay razón para el conflicto. Y si no hay conflicto…no hay negocio en este planetita azul (a veces azul oscuro casi negro).


Buscándole la esencia a Halloween, me planteo que puede ser una oportunidad para ponernos el disfraz y mirarnos sin miedo al espejo: Saquemos a la bruja, al vampiro, al zombi y al fantasma que llevamos dentro y afrontemos nuestro lado oscuro sin tapujos: ¿Somos brujas y brujos cuando envenenamos a otros con nuestras palabras cargadas de odio, de rencor, de celos, de envidia o…de miedo? ¿Somos brujas y brujos cuando tratamos de “hechizar” con retorcidas manipulaciones y chantajes emocionales la voluntad de los demás? ¿Qué pasa cuando sacamos los dos colmillos (el de la inconsciencia y el del egoísmo) y los clavamos en la yugular del prójimo para extraerle hasta la última gota de su tiempo, de su esfuerzo, de su paciencia o de su dignidad? ¿Somos o no somos vampiros? ¿Qué somos, sino zombis, cuando nos limitamos a existir sin cuestionarnos la autoridad o las normas que nos rigen, cuando juzgamos a otros porque se “indignan”? ¿Y fantasmas?¿cuántos hay a plena luz del día? ¿Quiénes son las “almas en pena”?


Tengo una teoría sobre este último concepto: Quizá seamos nosotros los que no dejamos que los muertos se vayan. Es posible que nuestra mente sea capaz de crear una especie de holograma para justificar que la persona que se fue sigue con nosotros. Hologramas que pueden ver los  “videntes” o simplemente personas con el programa de “visualizador de hologramas” instalado. Es posible que los fantasmas no sean más que nuestros miedos o viejos patrones de comportamiento que se resisten a desaparecer y dejar paso a otros nuevos (los patrones de pensamiento y comportamiento, también son información genética).


¿Quién se apunta a mirarse al espejo? Y qué me decís de los 'gatos negros': Felina metáfora de esos pensamientos limitantes, agoreros que nos impiden realizar nuestros objetivos: Esos son los verdaderos gatos negros y sí, nos traerán muy mala suerte si no les ahuyentamos…de nuestra mente.


La noche del 31 de octubre, vista así, es una excelente puerta hacia la libertad personal. Demos un nuevo significado al famoso “trick or treat” (truco o trato): ¿por qué no hacemos un trato con nosotros mismos y nos dejamos de “trucos” para evitar ver en nosotros lo que nos empeñamos en ver en el otro?


Vivimos en un mundo dual: no hay blanco sin negro, no hay luz sin sombra…no hay “yin” sin “yang”. Somos como un latido de corazón: sístole y diástole, contracción y extensión… y sin uno de los dos no hay latido y si no hay latido…el corazón se para.


En la cabecera de este blog está escrita una de las mejores sentencias de la historia: “No vemos las cosas tal como son, sino tal como somos”. Mientras que la cultura anglosajona ve en la calabaza una representación de un alma errante, un símbolo demoníaco o una especie de espantador de espíritus, otras culturas como la de los antiguos mayas o muchas tribus de indios americanos, consideraban la calabaza como una benefactora de la salud porque conocían las múltiples propiedades terapéuticas de sus semillas. Y para el feng shui, la calabaza es símbolo de longevidad, buena fortuna y abundancia. Entonces… ¿es la calabaza culpable, inocente, las dos cosas o ninguna?


Para mi es un recordatorio de que a los miedos paralizantes hay que darles 'calabazas'. Que con los que vampirizan tu tiempo y tu energía no hay trato. Y que la ilusión y la alegría son el truco infalible que aleja a los fantasmas del pasado. 







2 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo contigo!!!! En todo lo que has escrito!!! Yo me apunto hoy también a mirar a la brujita-zombie-vampirita...
    Siempre se puede aprender de observarse y sobre todo siempre se puede hacer diferente si no nos gusta lo que vemos!!!
    Un abrazo, amiga!!!

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  2. Gracias Jennifer. Diste la clave: si no nos gusta lo que vemos, podemos cambiarlo. Cuando observamos las dos caras de la moneda, es mucho más fácil decidir con cual nos vamos a quedar. Un abrazo grande como tu amistad... "incombustible".

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