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viernes, 4 de enero de 2013







Queridos Reyes Magos:

 
A punto he estado de dejarme abatir por la materialidad de esta dimensión y creer que la Noche de Reyes es, más o menos, una noche como todas. Pero no, basta el sutil aroma de un recuerdo de la infancia o el inocente comentario de un niño…y vuelve a mí la magia.

Ahora que no me cabe duda de que esta vida es un inmenso tablero de juego, estoy segura de que andáis por ahí, entre planos de existencia, participando en la entrega de regalos que, con nuestra mucha, poca o ninguna conciencia…nos auto-regalamos todos.

Un año más, me devolvéis la memoria y recuerdo que no es que de ilusión también se viva sino que vivimos en una ilusoria realidad. Un año más me llegan los vientos de oriente y me susurran que Melchor, Gaspar y Baltasar están en mí y en todos, crean o no en vosotros.

Si es por pedir…que nunca nos falte la magia.

Una vez más, regaladnos un poco de oro para poder reinar en nuestros sueños y materializarlos. Recuérdanos Melchor, que somos Reyes, máximas autoridades de nuestro cuerpo y gobernantes absolutos de nuestras vidas. Gracias por el oro del poder de nuestra voluntad.

Una vez más, regaladnos un poco de incienso para perfumar nuestras alas. Recuérdanos Gaspar, que nuestra esencia es divina y es sagrada. Que somos todo y somos uno. Como  dioses, jugamos a este juego y creamos nuestra propia realidad. Gracias por el incienso que despierta nuestra conciencia.

Una vez más, regaladnos un poco de mirra para embalsamar y enterrar los pensamientos y actitudes que ya no nos sirven. Recuérdanos Baltasar nuestra humanidad. Nuestra condición de seres humanos que sienten, se emocionan, cometen errores, asumen debilidades, respetan e incluso…aman. Gracias por la mirra que envuelve los cuerpos que demostraron su capacidad para amar.

Una vez más, recordadnos que todas las noches pueden ser Noche de Reyes….basta con ponerse la corona de la voluntad y mandar a los que nos fastidian a tomar...roscón.