Tal vez la cuestión no sea qué lugar ocupamos en las vidas ajenas, sino cómo lo ocupamos y con qué. No podemos controlar qué papel nos repartieron en la ‘película’ del otro, pero siempre quedará en nuestras manos, aceptarlo o no, y en caso de aceptarlo, estar a la altura y dar lo mejor.
Nuestro ego siempre nos pide luchar por obtener el protagonismo, sin embargo los protagonistas ‘malos’ o ‘mediocres’ pueden echar a perder la película entera, mientras que algunos secundarios pasan a la historia por haber salvado una filmación por la que nadie apostaba.
No importa el papel que te otorguen, siempre puedes ser un secundario ‘inolvidable’ o incluso, un extra…’extraordinario’.
En la vida de otros, prescindibles somos todos, inolvidables…pocos.
Y esto me recuerda mucho a algo que escribí sobre otra gran figura olvidada en el escenario de la vida: el apuntador.
Ese, es tan imprescindible como las corazonadas Emoticono heart
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